En el mes de junio del año 2002, la Asociación ADIC junto al programa de radio Top Cantabria, organizaron una excursión a Peña Amaya. Es el nombre de la ciudad cántabra asentada en lo alto de una fortaleza, y situada junto a la localidad del mismo nombre al Norte de la actual provincia de Burgos, en lo que fué el límite Sur de la Cantabria histórica. La mayor parte de los testimonios aparecen a raíz del inicio de las Guerras Cántabras contra Roma en el año 29 a. C. Su territorio rebasaba significativamente los límites de la actual comunidad autónoma de Cantabria, por el sur se extendía hasta Peña Amaya, en la actual provincia de Burgos. El Presidente de ADIC de aquel entonces, Jorge Echevarría, pretendió promover un día de camaradería entre los amantes de la cultura e historia de Cantabria, la cita se llamaba así, Peña Amaya 2002 "Conoce nuestra historia". Dos autobuses con 100 socios y el grupo de Danzas Santa Basilisa de Ucieda se encaminaron a conocer "in situ" una parte de la Cantabria Antigua, Amaya, la capital de los cántabros citada en nuemerosas fuentes y que pasará a la posteridad por simbolizar nuestro amor a la libertad como pueblo, no solamente los romanos lucharon en Amaya contra los obstinados cántabros, aquí dejaron su piel otros como es el caso de los árabes y los visigodos. El poblamiento del territorio durante la Edad del Hierro se apoyaba en poblados fortificados, denominados castros, que se asentaban sobre altos de fácil defensa. En el sur de Cantabria este tipo de emplazamientos fueron de especial interés debido a las necesidades estratégicas y defensivas del país. Algunos de estas fortificaciones llegaron a tener unas dimensiones formidables, con impresionantes aparatos defensivos que permitían refugiar a más de una tribu entera en tiempos de guerra, como los de Peña Amaya, Monte Cildá o Monte Bernorio. Se realizó una camiseta conmemorativa de la actividad, que se puede ver en la fotografía de esta página web.