En el año 1979 la Asociación ADIC creo el sorteo anual del Cuevanuco Cántabro de Navidad como fuente de financiación. Lo que se rifaba era una cesta gigante llena de productos típicos de cada comarca o valle de Cantabria. Era un sistema peculiar, atractivo y de sabor cántabro capaz de atraer la atención en la variada gama de rifas, cestas y sorteos que prolifaeran en la época navideña. El 11 de enero de 1980 fue entregado el Cuevanuco Cántabro a su primer ganador. Para quien no conozca esta tradicional y atípica lotería de navidad, habrá que decir que el Cuevanuco es una cesta de navidad de extraordinarias proporciones, compuesta por productos obtenidos de la tierra y de la mar de Cantabria, y que constituyen la base de nuestras excelencias gastronómicas. El ilustrador Gustavo Cotera realizó el dibujo que han llevado siempre las papeletas y los carteles del Cuevanuco a lo largo de su historia. Es imposible nombrar en este espacio todo el contenido del cuévano. Son más de ssenta los productos procedentes de diferentes valles y pueblos de Cantabria. Recordemos sólo los productos de la matanza del chon (jamones, morcillas, chorizos, lomos...), las langostas de Isla, o el hoyocántaro de San Vicente de la Barquera. Las almejas de Pedreña, la merluza de palangre de Colindres, el besugo de Castro. Las anchoas, y las sardinillas. Los quesos y los quesucos: de Oruña, de Pido o de Tresviso. La miel, el orujo o el tostadillo de Liébana. Los sobaos y las quesadas de los valles pasiegos. Las corbatas de Unquera, las alubias de Setién, la tortuca de pan, las nueces, las avellanas, las castañas y los limones de Novales. Las patatas de Valderredible. Los caracoles de pura estaca, las berzas, los repollos, el café de puchero y los manojos de té del Monte Vindio. En fin ésta es solo una muestra de las viandas que contiene el cuévano. Y aún hay que añadir el ternero, el cabrito, el chonuco, los conejos y las gallinas que antiguamente iban vivos y coleando a la estela del cuévano. Igualmente se incluyen las albarcas. Con el paso de los años se han ido añadiendo premios, como fines de semana en posadas y hoteles rurales de Cantabria y lotes de comidas o cenas en diversos restaurantes.