MIGUEL GUERRA: DANZANTE Y PROMOTOR DEL GRUPO VIRGEN DE LAS NIEVES DE TANOS.

«MIGUEL GUERRA, Danzante y promotor del grupo Virgen de las Nieves de Tanos»

Autora del texto: Beatriz Cea Díaz (ilustradora, investigadora y divulgadora de la cultura cántabra).

Nacido el 19 de marzo de 1938, Miguel Guerra es una de esas personas cuyo nombre está íntimamente ligado a la historia de Tanos y, más concretamente de su folclore. Nacido en el seno de una familia en la que su abuela y su madre ya formaron parte del grupo de Picayos de Tanos, desde muy joven, Miguel sintió una pasión desbordante por la danza tradicional, un arte que abrazó con el alma y que ha cultivado durante toda su vida.

El folclore no fue simplemente una afición para Miguel; fue una forma de expresión, una identidad que marcó a él y a su familia y que lo llevó a participar en numerosos concursos, ganando sustanciosos premios. En una época en la que Miguel cobraba 10 pesetas por su trabajo, en los concursos ganaba 50 pesetas, toda una fortuna para aquel entonces. Junto con él, Miguel recuerda con nostalgia los nombres de Vitoria, Tazón, Maribel, la Chucha, Guedi,... y muchos otros compañeros con los que compartió escenarios y competiciones.

Recuerda Miguel que cuando era joven, en las verbenas se tocaba el pito y el tambor durante los descansos, y era entonces cuando la gente salía a bailar. Lo hacían de manera libre y espontánea, cada uno con su estilo, haciendo así que cada paso reflejase la esencia del bailador. Esto cambió con Hacho, el hombre que enseñó a bailar a Miguel y a muchos otros de su edad. Con él llegó la profesionalización, una nueva manera de entender el baile: coordinada, precisa y espectacular, de las que Miguel fue uno de sus primeros y grandes exponentes. El baile ya no era solo para el disfrute, sino que se preparaban para deslumbrar en los escenarios, llevando el folclore a otro nivel de técnica.

Sin embargo, su amor por la danza no se quedó en la competición, participó en los tradicionales picayos de su pueblo, Tanos, y en el grupo Virgen de las Nieves. Así, Miguel viajó con sus compañeros por los escenarios de dentro y fuera Cantabria, ayudando a que innumerables personas conocieran, apreciaran y valoraran la cultura popular cántabra y consiguiendo gran reconocimiento.

Su labor con el baile le hizo participar en algunos momentos de los que habla con orgullo, como cuando en medio de una oportunidad dorada, la realidad se torció. Fue convocado para bailar en una película de "Educación y descanso" que se rodaba en Madrid. Se le ofreció una suma increíble para la época; 300 pesetas. Sin embargo, esa oportunidad se evaporó cuando le informaron que el nombre que aparecería en los créditos no sería el de su grupo. Miguel, muy orgulloso de su identidad, de su gente y su pueblo, decidió no bailar, renunciando a esa suntuosa suma de dinero.

Otros momentos muy destacables relacionados con el baile fueron cuando, junto con algunos compañeros, enseñaron a bailar al famosísimo bailarín de la época; Antonio “el bailarín”, en Tanos, y a la bailarina y coreógrafa Mariemma, en su estudio de Madrid.

Hoy, Miguel Guerra puede mirar atrás con el orgullo de saber que sus esfuerzos han dado fruto y los bailes y danzas que él aprendió de joven, y que después enseñó a las siguientes generaciones de su pueblo, continúan con fuerza en los escenarios.


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