En 1977 el problema laboral que más acercó a la Asociación ADIC con los cántabros fue el tema de “Agua de Solares”. Esta empresa había entrado en una situación muy difícil en cuanto a asegurar su futuro y proseguir satisfaciendo la demanda de trabajo de sus obreros. En ese año, fue detectada en varias partidas de la marca la presencia de pseudomonas aeruginosa, una bacteria que, si bien no se encontraba en cantidades suficientes para resultar nociva para el organismo, sí se encontraba entre las pseudomonas prohibidas por la legislación. Solares fue sancionado con una multa de diez millones de pesetas, y las consecuencias en sus ventas fueron nefastas. Además, tras esta denuncia se produjo el precintado de la fábrica y existencias por parte de la Dirección General de Sanidad. Ante esta situación, el jurado de la empresa se “Agua de Solares”, preocupado por el futuro de los puestos de trabajo, concertó una entrevista con el presidente de ADIC para tratar el tema de el posible cierre definitivo de la empresa. La respuesta de la Junta Directiva de ADIC celebrada en marzo de 1977 fue la de hace público su desagrado por ante esta medida tan drástica adoptada por la Dirección General de Sanidad. ADIC apoyó las movilizaciones de los trabajadores y participó en la Asamblea de Trabajadores de abril bajo el lema: “No queremos nucleares, queremos Agua de Solares”.
Noticia publicada el 13 de junio de 1977 en el periódico La Hoja del Lunes.
En pleno conflicto laboral y presión de los obreros de “Agua de Solares”, y como ayuda económica a estos, buscando la solidaridad por parte de la opinión pública de Cantabria, el domingo 12 de junio se celebró la primera venta masiva de agua de Solares en diversos puntos de la región, con la colaboración de ADIC. El éxito, pese a la lluvia, fue rotundo. Los puntos de venta se situaron en Santander y en otros catorce municipios cántabros. Al final de la jornada miembros de ADIC y trabajadores de Solares vendieron ciento diez mil botellas de agua, lo que supuso unos ingresos de un millón trescientas mil pesetas, tras descontar los gastos. La posibilidad de encontrar una solución al problema derivó en el acuerdo adoptado por la Asamblea de Trabajadores de “Agua de Solares” el siete de julio de hacer una “marcha sobre Madrid”. El día once de ese mes, los trabajadores de Solares y representantes de ADIC se manifestaron en las principales calles de Madrid, con el objetivo de presionar a las autoridades correspondientes para obtener la reapertura de la empresa. Casi cuatrocientas personas se manifestaron en la Gran Vía con botellas de agua, hasta que fueron contenidas por la policía. El conflicto de Solares significó para ADIC un incremento notable de simpatías hacia la propia asociación, aumentando de manera masiva los nuevos socios. Todas estas acciones reivindicativas determinaron que en ese mes de julio la Dirección General de Sanidad permitió de nuevo la venta del agua de Solares.
Trabajadores de Agua de Solares y miembros de ADIC manifestándose en la Plaza de Oriente de Madrid en 1977
Artículo publicado en el periódico La Hoja del Lunes el 10 de julio de 1977 donde hace referencia a la manifestación en Madrid de trabajadores de la empresa Agua de Solares y miembros de ADIC
Artículo publicado en el periódico La Hoja del Lunes el 11 de julio de 1977: "«La marcha sobre Madrid» un éxito moral y un fracaso económico"