Dos kilómetros de dunas, situadas en las playas de Somo y Loredo, en uno de los paisajes más bellos de Cantabria, y en las que se mantiene un ecosistema de peculiares características, podrían haber desaparecido de haber continuado las extracciones masivas de arena. En abril de 1982 se produjeron extracciones masivas de arena en las dunas cántabras de Somo y Loredo. El grupo ecologista de la Asociación ADIC, encabezado por Elvira Reigadas, y otras asociaciones políticas y ecologistas, descubrió que el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar había otorgado al presidente de la Junta Vecinal de Somo, Jesús Viadero, licencias para extraer arena en una finca de su propiedad hasta una profundidad de cincuenta centímetros por encima del nivel freático en primavera. En el concejo celebrado el 2 de marzo de 1982, los vecinos reunidos en la Junta Vecinal decidieron denunciar este hecho al Ayuntamiento, presidente de la Asamblea Regional y Gobernador Civil. Ya que el concejo de vecinos había planteado plazos de extracción de tres meses prorrogables, y la Junta Vecinal los había ampliado a cuatro años. Para Elvira Reigadas, responsable entonces de ecología de ADIC, la Junta Vecinal estaba compuesta por gente cuyos intereses personales la llevaron a vender la riqueza. Primero la arena, y agujeros después en forma de suelo urbanizable, disfrutando el pueblo de Somo de parte de los beneficios a corto plazo por lo primero y escasísimos por lo segundo. Ante esta situación, ADIC presentó, el 5 de abril de ese año, un escrito denunciando los hechos ante el Gobierno Civil de Santander y, además, convocó una nueva manifestación en la dunas de Somo el día 2 de mayo de 1982. El 29 de abril el Gobierno Civil de Santander paralizó la extracción de arena de las dunas de Somo y Loredo, en donde se personaron fuerzas de la Guardia Civil para hacer efectivo el cumplimiento del acuerdo. Esta medida se produjo un mes después de que el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar aprobase la cancelación provisional de la licencia de extracción, concedida en 1979 al constructor Martín Bedia, por estimar que éste había incumplido alguno de los términos establecidos en el contrato. El artista santanderino Eduardo Gruber fue el encargado, en 1982, de realizar la pegatina que aparece aquí con el lema de "Somo. Salvar el litoral".
Manifestación convocada por ADIC contra la extracción de arena de las dunas de Somo el día 2 de mayo de 1982.