Después de presentado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para Cantabria (PGE) para el año 2007, hemos asistido al tradicional ritual que año tras año y década tras década nos presentan los políticos cántabros, en especial los vinculados al PSOE y al PP. Una vez aguantado el correspondiente discurso exculpatorio y grandilocuente de los portavoces del gobierno español, Agustín Ibáñez y de su correligionaria en el cántabro, Dolores Gorostiaga así como del portavoz socialista cántabro sr. Guerrero y el chorreo incesante de exabruptos de la oposición encabezados por el candidato Ignacio Diego creemos que, desde la serenidad, cabe hacer un ejercicio de reflexión sobre lo que suponen los PGE para Cantabria y, en especial, la parte de ellos que más ansiosamente muchos cántabros esperamos, la partida destinada a Fomento.
Desde hace ya demasiado tiempo los cántabros demandamos el pago de la “deuda histórica” que el Estado tiene en materia infraestructural con Cantabria. Conocido de sobra ese clamor mayoritario de la ciudadanía cántabra que reclama justicia y equidad en materia infraestructural, no es menos sabido que, en consecuencia, la sensibilidad en este asunto está a flor de piel. Sin embargo Cantabria, a la vista de las cifras presentadas exclusivamente en el área de Fomento, de nuevo es la gran sacrificada en las inversiones. Como siempre, el pueblo cántabro queda relegado y arrinconado en su desarrollo y condenado a aceptar un papel secundario en el conjunto de comunidades del noroeste peninsular, región económica descohesionada precisamente porque aún entrado el siglo XXI tiene pendiente de resolver sus ejes comunicacionales. Y es que por mucho que nos digan, por mucho que se quiera maquillar un dato, la sensación general todos los octubres desde hace muchos años es de engaño continuo, de tomadura de pelo. En definitiva, de ser siempre los cántabros los paganos de ciertas prebendas.
Esa sensación es cierta porque la realidad lo demuestra, no sólo los números. Mientras los demás están buscando alternativas de futuro, nosotros aún no hemos llegado a plantearnos nada porque hemos sido condenados a ser un mero satélite de grandes centros económicos, industriales y financieros que nos sacan décadas de ventaja. Los culpables sabemos todos quienes son y se les puede señalar sin temor a equivocarnos: los dos grandes partidos PP y PSOE, expertos defraudadores de las aspiraciones legítimas de los cántabros a tener al menos opciones al desarrollo y verdugos ejecutores de la condena periférica de nuestro territorio.
Las declaraciones de las últimas semanas y su comparativa con lo que otoño tras otoño se ha dicho no deja lugar a dudas: lejos de presentar una unidad de acción por Cantabria, socialistas y populares justifican sus posturas con argumentos a veces ridículos para maquillar los vergonzantes datos y critican sin avergonzarse unas cifras superiores a las de años anteriores que, sin embargo, dado que gobernaban los suyos, recibían todos los parabienes. Y todo por salvar la cara de las direcciones centrales de estos partidos en Madrid, por no tener una autonomía propia, no quererla y por ser meras sucursales y por tanto transmisores de lo que se exige ejecutar desde Madrid.
Alejados de ese lamentable y empobrecedor sucursalismo que vende la noche como si fuera el día, el colectivo al que represento tiene muy claro por qué afirma lo anteriormente expuesto y lo quiere demostrar para que el lector saque sus conclusiones. Nos hemos molestado en analizar los proyectos de PGE los últimos cinco años desde la perspectiva de las inversiones efectuadas en las dos partidas que preocupan sobre manera: carreteras y ferrocarriles.
Desde 2003 hasta el proyecto recientemente presentado, el de 2007 los PGE han tenido una inversión más o menos estabilizada en torno a una cifra que oscilaba por encima de los doscientos millones de euros hasta que este año, en un decremento del 33,78% respecto al año anterior nos encontramos por debajo de los ciento cincuenta millones, tal y como en el cuadro siguiente se puede comprobar.
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2003 |
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
TOTAL |
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Total Inversión nueva en carreteras |
145.242,90 € |
133.476,54 € |
171.155,20 € |
177.063,32 € |
98.024,73 € |
724.962,69 € |
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Total Inversión en carreteras |
176.999,38 € |
160.931,29 € |
187.326,35 € |
201.947,85 € |
128.279,95 € |
855.484,82 € |
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Total Inversión en Fomento |
207.646,84 € |
217.023,00 € |
196.423,62 € |
223.427,13 € |
147.955,19 € |
992.475,78 € |
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Total inversión A-67 |
125.945,40 € |
133.086,49 € |
168.849,20 € |
161.649,45 € |
58.331,17 € |
647.861,71 € |
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Variación s/ año anterior |
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4,52% |
-9,49% |
13,75% |
-33,78% |
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% A-67 / Inv. Nueva |
86,71% |
99,71% |
98,65% |
91,29% |
59,51% |
89,36% |
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% Inv. Carret./ Total Fomento |
85,24% |
74,15% |
95,37% |
90,39% |
86,70% |
86,20% |
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% Inv Car Nueva/ Tot Fomento |
69,95% |
61,50% |
87,14% |
79,25% |
66,25% |
73,05% |
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Fuente: Mº Economía Hacienda, Mº Fomento, elaboración propia (miles euros)
Se puede considerar normal porque, como en su momento advirtió el eterno dirigente socialista Jaime Blanco, especialista en comedias o dramas presupuestarios según le cuadre en el teatro del poder, en la medida que se van acabando las obras se va reduciendo la dotación presupuestaria. Pero ese argumento, que es cierto, no se puede justificar en una comunidad que no tiene solucionada su comunicación transversal y longitudinal por vías de gran capacidad, ya sea por carreteras o ferrocarril, y no sólo porque esa solución esté en obras o estudio, sino porque ni tan siquiera se ha planteado la misma aún. Cantabria no puede agarrarse a ese argumento porque el ferrocarril todavía es una hipótesis y porque el transporte por carretera aún siquiera tiene resueltos los ejes básicos.
Y eso es así porque ni PSOE ni PP han sabido solucionar la “deuda histórica”. Es más, han huido de ese término cuando les ha tocado gobernar y se han limitado a justificar lo injustificable. En lugar de exigir y demandar obras paralelas a las ya iniciadas, que es la única manera de ponerse a la altura de las comunidades de nuestro entorno, la escenificación de la presentación de los proyectos de PGE siempre ha sido la misma, ora gobernasen los populares ora los socialistas: no ha habido voluntad de superar los estrangulamientos endémicos de Cantabria. O cuando menos esa voluntad ha sido muy ligera, tanto, que en numerosas ocasiones se ha convertido en burla, como aquella famosa broma que nos gastó el PP cuando aseguró que las obras de la Autovía de la Meseta iban a ir a la par de las de la Dos Mares.
Y es que, si hubiera habido voluntad, del total de la inversión en obra nueva la Autovía de la Meseta (A-67) no se hubiera llevado el 86,71% en 2003, el 99,71% en 2004, el 98,65% un año más tarde o el 91,29% este año. Si hubiera habido intención de solucionar los problemas, la inversión en carreteras nuevas no sería del 73,05% respecto al total de Fomento, esto es no se hubiera destinado sólo un 27% a otras inversiones del departamento. Si de verdad hubiera habido voluntad por superar los estrangulamientos, esos porcentajes se reducirían al haber dotado a otras obras más fondos, esto es, si durante esos años se hubiera invertido realmente en la Autovía Ronda, en el tramo Torrelavega-Solares o en la Autovía Dos Mares. Algo así como el proyecto para 2007 donde el porcentaje de la Autovía de la Meseta se reduce ya al 59,51% del total sobre obra nueva, sólo que la escasa cuantía en este apartado anula los comentarios positivos en cuanto al análisis global.
La A-67 es una obra muy cara pero también muy necesaria; es lógico que se lleve una parte muy importante del pastel pero, insistimos, si hubiera habido voluntad ese 89,36% que supone el porcentaje de esa obra sobre inversión nueva en el global del lustro analizado debiera haberse rebajado hasta equilibrarse a favor de otros proyectos y en el mismo tiempo. Y eso sólo se consigue –descartando lógicamente el recorte presupuestario en los tramos de la A-67- con el aumento de las cuantías en otras inversiones nuevas, en otras carreteras, en solucionar a la vez los problemas transversales y los longitudinales, haciendo a la vez la unión con la Meseta y, por ejemplo, la conclusión de la Autovía del Cantábrico, esto es, dando solución a Cantabria y no hacerla esperar a concluir una obra para empezar otra. Cantabria no se puede permitir esa espera.
En lo que tiene que ver con el ferrocarril la situación es aún más evidente y ciertamente lamentable, con inversiones que se podrían calificar de irrisorias si no fuera porque la broma ya es demasiado pesada. Tal y como hemos visto en el cuadro anterior, la participación de las carreteras sobre el total es del 86,20%, teniendo en cuenta los otros ámbitos de actuación del Ministerio nos imaginamos un escenario “dantesco” que se demuestra a la vista del siguiente cuadro.
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2003 |
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
TOTAL |
Total Inversión en Fomento |
207.646,84 € |
217.023,00 € |
196.423,62 € |
223.427,13 € |
147.955,19 € |
992.475,78 € |
Total inversión ferrocarril |
16.324,04 € |
31.713,48 € |
8.932,71 € |
21.242,20 € |
19.551,34 € |
97.763,77 € |
Total inversión Alta Velocidad |
1.000,02 € |
59,95 € |
245,63 € |
76,58 € |
400,00 € |
1.782,18 € |
% Inv. AV / Total Ferroc. |
6,13% |
0,19% |
2,75% |
0,36% |
2,05% |
1,82% |
% Inv. Ferr/ Total Fomento |
7,86% |
14,61% |
4,55% |
9,51% |
13,21% |
9,85% |
Fuente: Mº Economía Hacienda, Mº Fomento, elaboración propia (miles euros)
Efectivamente, la sola contemplación del cuadro revela lo preocupados que han estado los gobiernos de Aznar y Zapatero en traer la Alta Velocidad a Cantabria. Uno ya se niega a comentar las cifras de la Alta Velocidad cuando hablamos de una media del 1.82% de inversión sobre el total de lo presupuestado para ferrocarriles.
Es un insulto y es una tomadura de pelo que del total del presupuesto de Fomento el ferrocarril se lleve por ejemplo el 14,61% en 2004 –año electoral- y al año siguiente esa cifra sea de 4.55% y en el quinquenio la media ronde el 10%. Eso no es precisamente inquietud y compromiso con Cantabria
En un análisis global los PGE para 2007 no son malos, tienen una sustancial mejora cuantitativa respecto a otros años y se abordan nuevos proyectos que diversifican las iniciativas estatales en Cantabria. Pero en el sensible asunto infraestructural, a la vista del sencillo análisis expuesto, creemos que las conclusiones son evidentes. Por mucho que el sr. Ibáñez nos diga que los PGE demuestran un compromiso del Estado con Cantabria, lo cierto es que si ese es el compromiso –al menos en Fomento- es para decir ya está bien y para, sin ningún miramiento, afirmar que se vayan a reír de otro. No se puede afirmar tan a la ligera ese comentario cuando hay “desatenciones” imperdonables en numerosas obras y se pone ya en duda lo acordado por el Parlamento Cántabro respecto a los plazos en los que deben concluirse ciertas obras, como la conclusión de la Ronda Bahía en 2008, del tramos Solares-Torrelavega en 2008 o la Alta Velocidad ferroviaria para 2012. Y faltar al acuerdo del parlamento es ningunear, despreciar al pueblo cántabro, que no se olvide nunca.
Lo único cierto en estos últimos años, y es una opinión muy particular del que suscribe, es que da la impresión que las grandes infraestructuras se han conseguido porque el sr. Revilla y su partido han exigido las mismas: Autovía de la Meseta porque de lo contrario no había pacto de gobierno en 1999, Autovía Dos Mares por su petición e insistencia ante el mezquino abandono del proyecto por parte del PP y la nula predisposición por parte del PSOE. Y ahora el sr. Revilla anuncia que se va a exigir un compromiso firme con el ferrocarril de alta velocidad .... Y digo yo que menos mal que alguien lo va exigir porque, si hay que esperar a que los socialistas doten de importes cuantiosos la partida correspondiente podemos acomodarnos para una larga espera, tanta como la que aún esperamos de esos proyectos anunciados por el PP que nunca llegaron a concretarse por la escandalosa estafa que supone presentar unos proyectos inconsistentes, precipitados e irrealizables, todo por un puñado de votos.
Dicho lo dicho, no queda otra que invitar al Presidente a afirmar con rigor, firmeza y responsabilidad las reivindicaciones cántabras ante el gobierno español sabiendo que detrás de él tiene a un pueblo, el cántabro que no está dispuesto a tolerar más agravios. Y si el Presidente tiene alguna duda que se las quite, que sabe mejor que nadie la justicia de la reivindicación cántabra en materia infraestructural y el apoyo que en sus negociaciones va a tener de todos los cántabros porque ahí, por mucho que se empeñen los políticos en enfrentarse, el respaldo del pueblo es mayoritario. Si hay que movilizarse se convoca lo que se considere oportuno, si hay que iniciar una serie de trámites para agilizar las obras, que se haga, ya se pasará la cuenta a quien deba pagarla y si hay que plantear al Estado la elaboración de un Plan Cantabria que aborde una serie de inversiones mínimas en el área de Fomento que se haga. A veces se deben plantear órdagos y da la sensación que a Cantabria ya le toca.