TRIBUNA LIBRE: “LA UNIFICACIÓN DE LAS ESTACIONES: OTRA VIEJA PROMESA”. FRANCISCO COLSA LLOREDA. Vicepresidente de la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC).
Constantemente oímos hablar de la cuantía de las inversiones de Fomento en Cantabria, de los compromisos, de la actitud.... Para bien o para mal, el sino de Cantabria y Fomento va ligado inexorablemente al vaivén político del Gobierno de turno y escuchamos periódicamente afirmaciones contundentes sobre la implicación estatal desde las sucursales cántabras de los partidos centralistas, tanto en sentido positivo como negativo. Y el ciudadano de a pie, atónito, asiste a la ceremonia de la confusión que supone la guerra de cifras, datos, licitaciones, estudios, kilómetros y millones mientras las obras se eternizan.
Viene esto a cuento de la última propuesta presentada por el Ayuntamiento de Santander respecto a la antiquísma aspiración de unificar las estaciones de FEVE y RENFE, presentando como algo novedoso lo que en realidad es ya un vieja promesa electoral incumplida que ha servido durante los últimos quince años –al menos- para engordar el capítulo de ideas y proyectos de los programas electorales, eso sí, sin la menor consistencia y con todo alarde sin que por ello ningún político se ponga siquiera colorado.
Sin ánimo de ser demasiado exhaustivos vamos a pasar a relacionar una serie de hechos acaecidos durante los últimos diez años, sin necesidad de remontarse a 1991, cuando se empieza a hablar en serio de la unificación de las estaciones de RENFE y FEVE en Santander.
En abril de 1997 el Consejo de Gobierno de Cantabria aprobó el gasto de 35 millones de pesetas a favor de SODERCAN, en aquellos momentos dependiente del PP, para el fomento de la gestión de estaciones. Con ese dinero, a priori, se haría un estudio sobre la futura unificación de las estaciones de FEVE y RENFE. El entonces presidente de Cantabria, sr. Sieso advirtió que la unificación de las estaciones se contemplaba en el Plan General de Santander y que redundaría en la liberación de un importante espacio para la ciudad. Según el entonces presidente, SODERCAN analizaría las posibles actuaciones para ejecutar la obra en el menor tiempo posible.
En mayo también de 1997 el Alcalde de Santander de entonces, y también de ahora, sr. Piñeiro se reunió con el presidente de RENFE exponiéndoles la necesidad de unificar las estaciones de FEVE y RENFE. Según el propio alcalde, la reunión sirvió para designar varias personas de ambos organismos para trabajar en el borrador del proyecto.
En julio de 1997 se organiza una exposición con las distintas propuestas para remodelar la zona de las estaciones en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Santander inaugurada por, entre otros, el sr. Piñeiro.
En julio de 2000 el sr. Piñeiro se reúne con el entonces Ministro de Fomento, sr. Alvarez-Cascos y se acuerda crear un grupo de trabajo para unificar las estaciones insistiendo en la necesidad de ganar suelo para la ciudad y la posibilidad de construir nuevos viales. Se crea la famosa Comisión de Unificación de las Estaciones.
El 12 de septiembre de 2000 se reúnen en Santander representantes del Ministerio de Fomento, del propio Ayuntamiento y de la Consejería de Transportes del Gobierno cántabro para abordar el proyecto de unificación de las estaciones de RENFE y FEVE, de la que trasciende que el Ministerio encargará un estudio técnico sobre las alternativas para unificar las estaciones, un trabajo que, en palabras del Secretario de Estado para infraestructuras de aquellos momentos serviría como elemento de partida para la posterior elaboración de los estudios urbanísticos, financieros y jurídicos del proyecto. El proyecto estudiaba la posibilidad ya definitiva de soterrar el ferrocarril, como reconocería Cascos. Esas reuniones y acuerdos permitirían sacar pecho tanto al alcalde como a su partido y, en ese contexto, se celebraría una manifestación organizada por la Asociación de Vecinos Los Arenales en el barrio Castilla-Hermida pidiendo la participación de los vecinos en el desarrollo del proyecto de unificación de las estaciones y la subsiguiente liberación de suelo para nuevos equipamientos.
Como culminación a esa reunión, el 25 de diciembre de 2000 se publicaría en el BOE la licitación del estudio de proyecto de unificación de las estaciones de Santander por valor de 132,5 millones de pesetas con un plazo de ejecución de 12 meses. Según Fomento, con posterioridad a la aprobación definitiva del estudio informativo se acometería la redacción del proyecto constructivo. Piñeiro afirmaría que desde el Ministerio “se han dado en un tiempo récord los primeros trámites necesarios para el comienzo de las obras tan importantes para el futuro de la ciudad”. Ese proyecto sería adjudicado por 684.000 euros en mayo de 2001, contemplándose ya de manera definitiva el soterramiento de las vías.
Durante ese año se continúan produciendo reuniones, según trasciende, aunque no se vislumbran soluciones urbanísticas concretas. Eso sí, Fomento se compromete a liberalizar suelo y que sea la propia ciudad la que se encargue de la integración urbana. Ya en mayo de 2002 se conocería el comienzo de la evaluación de impacto ambiental de la nueva red ferroviaria de Santander y continuaría durante todo el año el lanzamiento de información respecto a la unificación de estaciones y liberación de suelo.
A comienzos de 2003 el sr. Piñeiro se dirige a la Comisión de Unificación de las Estaciones para que tuvieran en cuenta el futuro corredor del AVE a la par que comienzan las primeras críticas de la oposición municipal por las demoras en los plazos comprometidos. Sin embargo, el equipo de gobierno de Santander evitaría las mismas aduciendo la complejidad en la búsqueda de la financiación adecuada.
El proyecto de unificación volvería a prometerse en la campaña electoral de 2003, siendo un recurso electoral repetitivo en las formaciones políticas del consistorio. Una semana antes de las elecciones, el 16 de mayo, Fomento anuncia el proyecto Metrotren Cantabria destinando al mismo 492,35 millones de euros que prevé doblar vías, mejorar estaciones y trenes y aumentar las frecuencias sin contar las partidas destinadas a la unificación de las estaciones. En la toma de posesión del actual alcalde se repetiría el mensaje de la unificación de estaciones.
Poco más se sabe del proyecto en los meses siguientes, coincidiendo con elecciones a Cortes y cambio de Gobierno, amén de las correspondientes promesas electorales del invierno de 2004. En julio de 2005, la Dirección General de Ferrocarriles se comprometió a tener adjudicado en ese año el contrato de consultoría y asistencia par la “Redacción del Estudio de integración del ferrocarril en el municipio de Santander y el arco de la Bahía”. El Ayuntamiento a través de su concejal de Fomento, sr. Gil expresaría ahora su inquietud por la ampliación del estudio al arco de la bahía en el sentido de esperar que esa ampliación no supusiera un retraso en el proceso de unificación de estaciones en Santander.
El 29 de septiembre de 2005 Fomento licita la redacción del Estudio de Integración con un presupuesto de 1.800.000 euros y un plazo de dieciocho meses, que se adjudica al final por importe de 1.231.200 euros el seis de enero de 2006. Ahí se concretan los trabajos a desarrollar, que consisten en el análisis de la situación actual, la previsión futura de demanda, la intermodalidad y la integración ferroviaria de Santander y Maliaño, teniendo en cuenta las situaciones existentes y toda la información disponible hasta la fecha tras casi diez años de supuesto trabajo.
En definitiva, en el recorrido de estos diez últimos años el lector habrá sacado sus propias conclusiones. Pero un dato más, este años es electoral y, curiosamente, el definitivo estudio se debe presentar entre marzo y mayo, según los criterios de adjudicación, o sea, más carnaza electoral.
Pues bien, después de diez años el Ayuntamiento de Santander presenta públicamente a los ciudadanos un proyecto que transforma el área ferroviaria de Santander valorado en cien millones de euros. En palabras del sr. De la Serna, candidato a la alcaldía, la unificación de las estaciones era hasta ahora simplemente una “declaración de intenciones”.
Esta afirmación –sic- demuestra la desidia que en materia infraestructural se reitera en los comportamientos de nuestros representantes políticos. Porque, si hasta ahora era una declaración de intenciones, ¿por qué el sr. Piñeiro sacó pecho hace siete años si sólo se trata de una declaración de intenciones? ¿por qué se anunciaron millones y millones y compromiso del Gobierno de Aznar a través del ministro Álvarez Cascos si estos diez últimos años sólo ha habido una “declaración de intenciones”?; ¿por qué se promete al menos en 1991, en 1995, en 1999 y 2003 la unificación de las estaciones y ahora, al final de una legislatura nos desvelan ese gran proyecto que el acalde consideró hace ya mucho tiempo como la obra más trascendente de Santander? ¿hubo realmente reuniones de manera periódica o regular para tratar el asunto o sólo fueron citas para cobrar dietas? ¿sirvieron para algo?. Diez, por poner una fecha de inicio ¿no son demasiados años para que a estas alturas dudemos de la eficacia y eficiencia de nuestros representantes locales y autonómicos?.
Y la pregunta es obvia ¿nos engañaron entonces o nos engañan ahora? Esto es, nos tomaron el pelo los señores Sieso, Piñeiro y Álvarez Cascos entonces o nos vacila el señor De la Serna ahora. No obstante, siempre queda la opción de colocar la etiqueta de vendehumos a todos por igual. Y aunque sea un adjetivo duro, con el asunto de las estaciones se comprueba lo que tristemente es la realidad de las infraestructuras en Cantabria: promesas, presentaciones, proyectos y luego nada de nada, demoras, retrasos, vuelta a la promesa, a la presentación...... No es serio y los cántabros no somos tontos. |