La Asociación ADIC ha vuelto a alertar del desmedido proyecto eólico desarrollado por el Gobierno de Cantabria tras la visita realizada por los titulares de Industria, Medio Ambiente y Vicepresidencia del Gobierno al Parque Eólico de Cañoneras en Soba, con motivo de la ampliación del mismo.
ADIC destaca que Cañoneras, en la cima del Puerto de Los Tornos, contemplará 38 aerogeneradores para producir 32,3 Mw de potencia en un entorno privilegiado como la Montaña Oriental, lo que hace más visible su impacto. Si a ellos les añadimos los más de setecientos molinos que coronan las cimas circundantes en territorio administrativo castellano, y la potencia prevista por el desarrollo eólico del Gobierno cántabro, 1.400 Mw, Dolores Gorostiaga, Francisco Martín y Juan José Sota, si tiene un mínimo de criterio deberían, más que alegrarse de lo que supondrá la ampliación de Cañoneras, sonrojarse ante el gravísimo atentado ambiental y paisajístico que supondrá el desarrollo eólico del Gobierno. La observación de lo que hoy es Cañoneras y lo que le rodea es menos de la mitad de los aerogeneradores que tendrá que asumir nuestro territorio, cerca de 1.650. Según ADIC, el impacto visual de Cañoneras es tan brutal, por mucho que la Vicepresidenta se empeñe en decir lo contrario, que sólo pensar en su extrapolación a Cantabria, en función de la potencia que genera el propio parque, pone los pelos de punta. Por ello ADIC reclama reflexión, responsabilidad y criterio a la hora de adjudicar la potencia definitiva, ajustada a la carga que nuestro territorio puede asumir y fijada en el PLENERCAN, único documento válido y que únicamente contempla 300 Mw de potencia para toda Cantabria. La mera comparación de Cañoneras y los parques que le rodean con los 1400 Mw previstos por Industria, permite definir al desarrollo eólico como una barbaridad, una afectación al territorio cántabro sin precedentes, si es que llega a cumplirse en su totalidad. En ese sentido ADIC reitera que la energía eólica es necesaria, que es imprescindible desarrollarla con criterios de racionalidad y sostenibilidad y que, sobre todo, debe ser consensuada para que todos los cántabros aportemos nuestras inquietudes sobre lo que estamos dispuestos a sacrificar en aras de la superación de déficit energético y los retos del cambio climático. |