La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) ha registrado el pasado 3 de diciembre, ante la Comisión de Peticiones del Parlamento de Cantabria, una propuesta que pretende instar a los grupos parlamentarios a defender el legítimo derecho a la utilización del término chacolí en Cantabria como parte integrante de su patrimonio cultural y como componente patrimonial de la enología cántabra. La propuesta de la asociación cantabrista pretende que se apruebe una declaración con un doble sentido; por un lado el reconocimiento del término como parte integrante del acerbo cultural cántabro y por otro, como consecuencia de ello, garantizar el uso del vocablo para, si alguien quisiera, identificar un producto de tradición enológica en Cantabria. En sí, todo se resume en el derecho de los cántabros a legislar sobre su patrimonio rechazando imposiciones foráneas sobre el mismo.
La propuesta de ADIC recoge una amplia exposición de motivos en la que se hace resumen de lo acontecido hasta la fecha, las resoluciones del Parlamento Vasco y del Congreso de los Diputados que pretenden blindar el término chacolí para uso exclusivo en Euskadi. Basándose en ellas, el colectivo cantabrista desarrolla una propuesta que incorpora una breve aproximación histórica de la raigambre del término en Cantabria para, basándose en el artículo 30 del Estatuto de Autonomía de Cantabria, esto es, la defensa y protección de los valores culturales del pueblo cántabro, concluir que es exclusivamente competencia de Cantabria el uso y regulación de su patrimonio.
ADIC asegura que mantiene su respeto, consideración y estima respecto a la Comunidad Autónoma Vasca, tanto a sus leyes como a sus representantes y productores vinícolas, pero insta a la de Cantabria, desde sus competencias, a emprender cualquier acto de defensa y protección de su patrimonio y de su ordenamiento jurídico, advirtiendo que ello no implica rivalizar, pleitear o incentivar ciertas dosis de confusión entre la ciudadanía de ambas comunidades. Nada más lejos de la realidad.
El pueblo cántabro y el vasco, afirma ADIC, vecinos desde milenios, comparten un espacio cultural atlántico con estrechas, sinceras y hondas relaciones que, lejos de enturbiarse por cualquier disputa mal entendida, deben ser exploradas y profundizadas. No es una propuesta que pretenda rivalizar o contraatacar, pretende exclusivamente defender nuestra historia y patrimonio y reafirmar, en cierto modo, nuestra identidad como pueblo y nuestra personalidad jurídica. Por ello, la propuesta de la asociación se limita a la defensa del patrimonio cultural, reconociendo el término chacolí como un elemento propio y compartido de las prácticas vinícolas de nuestra comunidad, cuyo uso viene atestiguado desde el siglo XVIII. En consecuencia, como parte integrante de nuestro acervo cultural, ADIC entiende que es susceptible de ser regulado, protegido y difundido. Además, como componente patrimonial de la enología cántabra, la asociación cantabrista afirma que es un recurso productivo que puede ser desarrollado por el sector agroalimentario cántabro en consonancia con las tradicionales e históricas prácticas vitivinícolas de nuestra Comunidad. En ambos sentidos, para ADIC, cualquier medida que se produzca en otros ámbitos de decisión, no será óbice para limitar la capacidad de Cantabria a la hora de ejercer y reclamar los derechos que se pudieran ver conculcados, tanto en defensa de la identidad cántabra como en el legítimo derecho a utilizar nuestro patrimonio. |