El colectivo cantabrista entiende perfectamente que ante la situación de crisis económica que vive Cantabria, existen situaciones y realidades aún más alarmantes que denunciar. Dicho esto, ADIC quiere recordar que la Estela de Barros no es un trozo de piedra cualquiera, sino el máximo símbolo del pueblo cántabro, con más de 2000 años de antigüedad. Como tal, se debe tener en cuenta la importancia absoluta que tiene para la identidad colectiva de Cantabria.
Con motivo de esta situación, ADIC ha iniciado una campaña de denuncia en redes sociales y medios de comunicación, con el fin de que las instituciones competentes dejen sus diferencias corporativas a un lado, en pos de lograr una conservación digna y segura de la Estela de Barros: símbolo de Cantabria.
Del mismo modo, no pretende cambiar su ubicación actual, ya que lo único importante debiera ser su conservación y protección.
La Asociación pretende concienciar a todas las partes, de que las Estelas no son simples objetos museísticos, sino objetos arqueológicos milenarios, es decir, no se pueden dejar “tirados” en medio de una sala como un florero, sino, deben estar aisladas por una vitrina hermética, bajo un control constante de la condiciones optimas de conservación.
ADIC quiere recordar que la situación de pésima conservación de la Estela, no es nuevo por desgracia. Desde hace más de treinta años, este colectivo viene denunciando la precariedad de su situación, ante el absoluto abandono por parte de las diferentes instituciones de Cantabria.