Creo una gran equivocación la reciente crítica efectuada por el secretario regional de CC OO, Javier Puente, con motivo del viaje institucional que una delegación del Gobierno de Cantabria ha realizado a México. Valorar la iniciativa, antes de conocer los resultados, con una manifestación tan poco meditada como impropia de quien la ha realizado, al enjuiciar la presentación de Cantabria como escenario de inversiones ante los principales empresarios de México, muchos de ascendencia cántabra, en una deslocalización parcial de una empresa cántabra del sector auxiliar del automóvil a tierras mejicanas, así como en la venta de las acciones que posee el Gobierno del Racing a los indianos, me parece un error que todavía puede rectificar. Personalmente me identifico con la iniciativa de nuestro Ejecutivo de externalización de la economía cántabra, la cual está consensuada con las organizaciones empresariales y sindicatos de nuestra Comunidad. Por desgracia, las inversiones del exterior en Cantabria han sido anecdóticas en los últimos 20 años, sin que hasta ahora haya existido un Ejecutivo autonómico con decisión de ir a buscarlas, como hacen los gobiernos de otras comunidades autónomas, quizás por falta de valentía, sentimiento o hasta incluso de capacidad para ello.
Por este motivo, la primera iniciativa que en esta materia se ha realizado en nuestros 22 años de Estatuto de Autonomía es de alabar, siendo lógico y sensato que el primer paso se dé en un país con un alto grado de asentamiento de empresarios cántabros ó descendientes, que en su momento se vieron obligados a emigrar por falta de oportunidades y posibilidades en su tierra, tratándose en la gran mayoría de personas emprendedoras y conocedoras de lo que es partir de la nada, que han sido capaces de conseguir grandes resultados en el siempre difícil mundo de la empresa, a base de muchas dosis de trabajo, sacrificio, imaginación y tesón, privándose de todo durante muchos años de su juventud.
La imagen del recibimiento en su residencia oficial del presidente de México, Vicente Fox a una delegación del Gobierno regional, con su presidente a la cabeza, es algo que nunca habíamos podido presenciar en nuestro historial como Comunidad Autónoma, lo que ha sido habitual en otras comunidades que han tenido la visión e iniciativa de salir a captar inversión extranjera, y de cuyos resultados nunca se arrepintieron.
Espero que el Gobierno de Cantabria continúe con estos encuentros e iniciativas, pues a base de sembrar se recogerá el fruto en su momento, sin olvidar las necesarias alianzas y políticas en común con los Ejecutivos de las comunidades vecinas, en especial con las que formamos la región norte de España, a cuyo mar y cordillera orgullosamente damos nombre. Tampoco podemos ignorar los escasos 125 kilómetros que distan entre el límite oriental de Cantabria con la frontera francesa, lo que personalmente recordaría con el correspondiente panel informativo en la autovía del Cantábrico, de la misma forma que se informa al atravesar la frontera francesa de los 208 kilómetros que nos separan de Santander.
Debemos tomar conciencia de las posibilidades que encierra nuestros estatuto autonómico, así como de las muchas ventajas operativas y de simplificación administrativa que supone ser una comunidad uniprovincial, como recientemente nos recordaba en el Ateneo de Santander, en la clausura del ciclo de mesas redondas sobre la España plural, quien fuera diputado y senador por Cantabria durante muchos años, José Luis Vallines.
Estamos capacitados para hacer política y emprender iniciativas en muchas más materias de las que la gran mayoría de los ciudadanos se imaginan, por lo que es una obligación de nuestro Ejecutivo el procurar optimizar todas las posibilidades que encierra nuestra Comunidad y su Estatuto, de manera que los habitantes de esta tierra nos convenzamos de que la autonomía de Cantabria se puede utilizar para mejorar notablemente sus índices de riqueza y bienestar en todos los contextos, lo que supone, igualmente, inyectar constantemente dosis de compromiso y de responsabilidad compartida, de forma que los ciudadanos se vayan convirtiendo en individuos activos, para poder construir entre todos la Comunidad que necesitamos y deseamos, lo que provocará una mayor credibilidad en sus instituciones y un incremento del sentimiento autonómico.
Al futuro no hay que esperarle, sino que hay que salir a su encuentro, y eso es lo que creo que pretende el Gobierno de Cantabria con iniciativas como la que ha malinterpretado el secretario regional de CC OO, cuya noble rectificación en sus injustas declaraciones ayudará a crear el clima de comunicación y colaboración que se precisa, entre otras muchas cosas, para aumentar la ilusión y entusiasmo en las posibilidades de Cantabria ante el futuro.