 La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) considera que, en relación con la convocatoria de referéndum sobre el Tratado por el que se aprueba la Constitución Europea, la respuesta ciudadana debe ser afirmativa.
El colectivo cantabrista, en cuyo sustrato ideológico se encuentra un carácter profundamente europeísta, cree que la construcción europea es una realidad dinámica y que el Tratado no es más que un paso que hay que dar hacia la plena consolidación de la unidad política europea, basada en las nacionalidades y regiones que la componen. A pesar de que en algunos casos es sustancialmente mejorable, y en otros abiertamente censurable, el Tratado supone, cuando menos, la consolidación de ese espacio europeo donde los pueblos tienen especial protagonismo.
La Junta Directiva de ADIC, en su primera reunión tras la reciente Asamblea General, acordó un posicionamiento favorable en torno a la consulta ciudadana del próximo veinte de febrero sobre el Tratado de la Constitución Europea. A pesar de que se considera el texto mejorable, el colectivo cantabrista cree que este Tratado no es más que un paso adelante en la construcción política europea, y que al ser ésta una realidad dinámica, la Constitución Europea se enmarcaría en esos pasos intermedios necesarios para consolidar aquella.
La Asociación cree que entre los aspectos más destacables y desde el punto de vista cantabrista, se sitúan tres asuntos. En primer lugar el reforzamiento del Comité de las Regiones, posteriormente la posibilidad de que representantes de gobiernos diferentes de los Estados –en el caso del español, los representantes autonómicos- puedan acudir en representación de los Estados al Consejo de Ministros de la UE; por último el desarrollo del principio de subsidiariedad. Es por ello que ADIC se mostrará vigilante para que Cantabria participe en igualdad de oportunidades que el resto de pueblos de Europa en las instituciones comunitarias, lo que significaría una garantía del cumplimiento de los tratados anteriormente aprobados y que enmarcan la construcción europea en un objetivo sustentado en la unión de los diferentes pueblos que componen el continente.
El carácter europeísta del colectivo, que encuentra además significado en la participación activa de ADIC en el proceso europeo –como la distinción otorgada en 1986 que propició la presencia de la asociación en las instituciones europeas- ha pesado más en la decisión favorable a apoyar el Tratado que aspectos ciertos que preocupan, como el escaso componente social, la apuesta abiertamente liberal o la falta de desmarque en materia de defensa respecto a la OTAN. En consecuencia, la Asociación se mostrará vigilante para que la previsible aprobación del Tratado no suponga un frenazo en las aspiraciones fundacionales europeas, sino un paso intermedio.
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