El Ateneo cántabro de ADIC vuelve el próximo 27 de junio (viernes), 20:00h. Charla-coloquio: "Peña Amaya: Historia de Cantabria". Emplazamiento importante de la Historia Antigua cántabra, primero como castro en las Guerras Cántabras y campamento romano durante la ocupación. Posteriormente invadida por Leovigildo, Rey Visigodo, Amaya es considerada la capital de la Antigua Cantabria.
Intervendrán:
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Pedro Santamaría, autor de los libros "Okela", "El águila y la Lambda" y "Peña Amaya".
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Jose Ángel Hierro, Máster en Prehistoria y Arqueología, arqueólogo proyecto Mauranus y coautor del libro "Cántabros. Origen de un pueblo".
Lugar: sede Asociación ADIC, calle Santa Lucía-45 en Santander, con entrada libre hasta completar el aforo.
Amaya es uno de los baluartes de la antigua Cantabria, elevándose esplendorosa sobre la llanura burgalesa. Esta enorme atalaya, de 1.377 metros de altitud, ha sido habitada desde la Prehistoria, alcanzando gran auge en cuanto a presencia humana se refiere a finales del siglo X a.C. Es a partir de este punto donde Amaya comienza a tener una importancia destacable, convirtiéndose en uno de los principales castros cántabros en la Edad del Hierro.
La raíz del topónimo "Amaya" quiere decir "am(ma)" o "madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a "ciudad madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a “ciudad madre” o como se denominaría más adelante "capital". No se sabe a ciencia cierta si Amaya fue en esencia capital de los cántabros prerromanos, ya que ninguna fuente clásica así lo recoge. Además no se han obtenido evidencias arqueológicas que así lo reflejasen, teniendo mucho más peso (por ejemplo) los hallazgos de Celada Marlantes, La Ulaña o Monte Bernorio. De todos modos apoyados en la toponimia y ese aire místico y legendario, muchos creen que si fue la antigua capital de los cántabros.
Este bastión estratégico que domina el acceso de la meseta a territorio cántabro fue conquistado por los romanos en el transcurso de las guerras cántabras, 29-19 a.C., quienes fundaron entonces la cuidad de Amaya Patricia. Otro de los datos que nos indican su importancia estratégica y militar es que el mismísimo Cesar Augusto tuvo instalado un campamento en las proximidades de Amaya. Poco más se supo en los III siglos posteriores hasta la llegada de los visigodos. Es a partir de aquí donde su nombre vuelve a tener mucha importancia en la Historia. |